Entre mercado negro, iglesia y Falange




EL MERCADO NEGRO

Una especialidad de la España de la posguerra. El capataz de una finca le cuenta a Brenan cómo funciona: 
Cortina del Muelle 1880
puerto de Málaga en el siglo XIX
Un barco lleno de abono artificial llega al puerto de Málaga, hay titulares en los periódicos. Todos los agricultores se alegran, pero cuando van a buscar al barco no queda abono porque las propias autoridades municipales lo han vendido a los estraperlistas. Quien quiera abono debe pagar el doble.
Otra modalidad: los inspectores anotan la mitad de la mercancía a  cambio de regalos y prebendas. Para que el vendedor venda el resto al doble de precio el mercado negro. Así se hicieron fortunas.
 Una mujer le cuenta como ha salido adelante: vendiendo todos los días fruta y verdura que iba a buscar a los pueblos cercanos a Málaga. Con sus cestas debía huir de la policía, pero con muchos madrugones y trabajando casi veinticuatro horas, durmiendo en las estaciones de tren, consiguió hacerse con un dinero y poner su propio negocio.

IGLESIA Y FALANGE

Son las dos fuerzas en España que representan algo más que el poder del dinero. Son rivales y la gente piensa que la iglesia es más fuerte. En Málaga la lucha es particularmente aguda. El obispo Herrera Oria, ACNP, tiene algunas ideas sobre el papel que la Iglesia ha de tomar en la cuestión social. Construyó unas casas para los pescadores del Palo y quería establecer a algunas familias de campesinos en el campo. Pero los propietarios de tierra se negaron en redondo. En una reunión denunciaron esos proyectos como comunistas y le dijeron al obispo que dejara de predicar sobre la reforma agrícola y que se guardara sus ideas para sí.
Bandera de Falange



El gobernador civil falangista quiso que los grandes propietarios dejaran una décima parte de su tierra a cambio de un arrendamiento a los pequeños. Imposible. El único poder en España es el del dinero, y ni grandes propietarios ni estraperlistas entienden porqué deberían hacer sacrificios para evitar una revolución que en tanto que la policía y el ejército sigan firmes, nunca llegará.

Un amigo le contó que el principal esfuerzo de la iglesia por el pueblo es que todo el mundo haga los Ejercicios Espirituales de san Ignacio. Esta es la panacea, y los jesuitas que controlan el orden en la iglesia, tienen poca fe en la reforma agraria o en la mejora de la economía. La organización social católica es desesperantemente débil, por ser española está aletargada y desanimada. No se puede comparar con la estadounidense. Sin embargo los seminarios están cada día más llenos, están haciendo un tipo de cura mejor y más idealista y muchas mujeres de clase media, impresionadas por la miseria de los pobres, toman el velo en las órdenes caritativas. El peor síntoma es que los jóvenes no creen en nada, ni siquiera en la honradez.

El idealismo en España como siempre dice Brenan tiende a tomar formas religiosas. Los ricos dan su dinero a la iglesia, surgen nuevos conventos y escuelas. Herrera Oria quier construir edificios para las familias de trabajadores, con iglesia, dispensario, mercado y polideportivo. Pero no todos los obispos españoles tienen esa conciencia social. Su antecesor, Balbino Santos era diferente. Ocurrió con los pescadores del Palo que acostumbran a procesionar la virgen por el agua, para que les proteja de los temporales cuando salen. El obispo prohibió la práctica, por ser una falta de respeto con la virgen, llevarla por la playa en la que se suelen bañar las mujeres. Si quieren llevarla al mar que lo hagan en una playa que no haya sido pisada por una mujer en los cincuenta últimos años.

Este es el tipo de obispo contra el que los liberales españoles actuaron. Obispos educados en un estrechamente dotado seminario, alimentados por las lecturas de los padres y los doctores de la iglesia, no sabían nada de la vida ni del mundo. Toda su tarea consistía en combatir el liberalismo, suprimir el sexo y acudir con frecuencia a los oficios divinos. Ni siquiera el “avance” de los Jesuitas, sobre cómo relacionar medios y fines, les ha afectado. Recuerdo que esa fue la sobresaliente formación de la que disponía un cura aragonés, muy famoso.

La Falange está formada por la clase media baja. Entre 1840 y 1920 le pusieron voz al descontento de las clases populares. Pero cuando los trabajadores se organizaron en sindicatos, se quedaron aislados. No había liberalismo disponible, estaba estancado en la política parlamentaria de la alternancia propia de la Restauración. Precipitadamente esta clase se apuntó a un programa importado de Alemania y de Italia, cuyo principal mérito fue prometer que les darían el poder rápidamente. Era un partido revolucionario, anticlerical y anti capitalista, pero no consiguió el poder. Se vio prisionero del ejército, de la iglesia y de los terratenientes, incapaz de poner por obra ninguna de las reformas buscadas y para las que se derramaron ríos de sangre. Luego los falangistas se volvieron desilusionados y cínicos, y sus líderes, muchos de los cuales entraron tarde en el partido puramente por razones de interés personal, se unieron al mercado negro y a la corrupción que trajo la inflación. Contrariados, enfadados y con mala conciencia, los falangistas están hoy más bien a la defensiva.

En Granada se ve que hubo una auténtica masacre en 1936. Diez años después todos la recordaban y pesaba duro sobre el ambiente de la ciudad. Brenan anduvo a la búsqueda de la tumba de García Lorca sin éxito.



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Comentarios

Alejandro ha dicho que…
Gracias Ana, está genial este artículo, siempre me interesó la Falange que parecía el único grupo que vivió dentro del franquismo que parecía tener conciencia social

Hoy día además de contrariados y enfadados yo creo que se les podría aplicar el adjetivo atomizados que es el que mejor define la realidad nacional-sindicalista en España

Falange, como el carlismo que en el fondo no parece más que un comunismo rural autoritario y teocrático, son grupos muy curiosos, muy genuinamente españoles y muy inclasificables porque los carlistas y los falangistas aunque combatieron en el bando nacional parecen luego más socialistas en muchas de sus ideas que el propio pce

En el tema de la esclerotización del proyecto falangista hay otro detalle aparte de la resistencia de los propietarios y la sucesiva corrupción de sus lideres

Ese detalle lo define muy bien un camisa vieja que dijo:"antes de la guerra eramos una gran cabeza y un pequeño cuerpo, ahora somos un gran cuerpo sin cabeza"

Efectivamente el baño de sangre fue el precio que tuvieron que pagar los falangistas durante la guerra que aparte de costarles muchísimos militantes les costó literalmente la cabeza, fusilado José Antonio en Alicante, ejecutados Ledesma y Ruiz de Alda en las sacas de Paracuellos, muerto Onesimo en los primeros días de guerra la acefalia y la confusión se impusieron en Falange y ni Sancho Davila, lider de los falangistas andaluces, ni Agustín Aznar ni Hedilla que fue jefe nacional despues de José Antonio y acabó encarcelado por Franco consiguieron recomponer aquel mosaico, en plena guerra llega el decreto de unificación que acaba con todos los grupos que formaban el bando nacional para integrarlos en uno solo, lo demás ya es historia conocida que solo la obra de algunos ministros como Fernández Cuesta o Giron da idea de lo que podía haber sido y nunca fue, es lo de siempre, Falange que antes de 1936 era un partido joven y pequeño se convirtió en el cursus honorum para políticos ambiciosos que echaron a perder todo el contenido que podía haber tenido, algo muy similar pasó 40 años después con el psoe, el poder siempre ha hecho lo mismo, cuando no puede reprimir una cosa la asimila, son detalles que la inmensa mayoría de la gente, acostumbrada a ver monje donde solo hay hábito, no capta

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